Parece algo evidente, pero en el Atlético de Madrid la necesidad de que la defensa esté fina es imperiosa, del tamaño del espléndido caballo del fallecido Jesús Gil.

Es algo matemático. Incluso si la pifian sólo un poco ya basta. El resto del equipo se vale para hacer el resto.

Es indiscutible que un gran central formado en la cantera del Atlético se ha consolidado como el centro de la defensa. Álvaro Domínguez es, sin duda alguna, el mejor fichaje de invierno que se puede echar el Atleti a sus espaldas. Tiene carácter, visión de juego, un posicionamiento perfecto en el campo... y ahora, además, confianza. Ha nacido un gran jugador, tiempo al tiempo.

La defensa es, entonces, Domínguez y tres más. Esos tres parecen tener cada vez más continuidad. El segundo de abordo es, en mi opinión, Tomas Ujfalusi. Sí, lo sé, la cagada de Huelva es imperdonable, pero a un jugador se le debe valorar por su trayectoria, y desde que llegó el pasado verano al Manzanares ha sido lo más serio que hemos tenido en defensa. Tampoco lo tenía muy difícil. Primero Abel y ahora Quique han experimentado con él una nueva posición a la vista de la grave carencia del equipo por banda derecha. Al principio le costó encontrar su hueco pero tras los últimos partidos parece la mejor opción para cubrir ese hueco.

Antonio López es un cumplidor y ya. Si bien tenemos fresco el recuerdo de su heroico gol ante el Sevilla que nos dió esos valiosísimos tres puntos, todos sabemos que es un jugador limitado técnicamente y que su papel en el equipo es más bien gris. La alternativa, Pernía, es todavía más mediocre y por lo tanto el puesto, a la espera de una nueva incorporación a final de temporada, es suyo.

Luis Armando Perea es toda una incógnita. Imprevisible. Contra el Sporting estuvo descomunal. Cortaba todo balón que olía y recordó al Perea de hace unos años. Aquí su cara más dulce. La amarga la muestra casi siempre esta temporada. La última vez hace apenas unos días, contra el Recre; un error que nos pudo costar caro.

Mejor de lateral, opinan algunos. Por la banda tiene más espacio para aprovechar su punta de velocidad, una de sus ventajas. La única quizás. En su posición tampoco hay banquillo. Juanito está acabado. Un fichaje barato que al final nos ha salido caro si atendemos a su paupérrimo rendimiento. Fatal. Pablo sería la última opción, aunque no para mí. Soy de los pocos que pienso que Ibáñez con confianza y minutos podría dar la talla. Lo sé, soy causa perdida.

Ah, me olvidaba de Valera, un chaval muy majo y voluntarioso, punto.

De ellos depende, en resumen, el devenir del equipo. Alante sabemos que tenemos categoría y aunque falle uno nos quedan otras tres o cuatro bazas, ahora alguna más.